DE AMIGOS IMAGINARIOS...

De pequeña, me daba miedo...cuando fui creciendo empecé a sentir pena por ella. No me gusta nada eso de sentir pena por alguien, pero no lo podía evitar. El otro día me encontré con ella, después de llevar...diría que años, sin verla. Ahora vuelve a darme miedo... Ya sabía que hablaba sola. Ya sabía que cuando no tenía a nadie a quien contar todas esas aventuras y desventuras que se inventaba, hacían aparición sus amigos imaginarios. Ya me avisaron, cuando yo sólo era una cría, de que lo mejor era seguirla la corriente y no acusarla nunca de estar mintiendo. ¿Qué ella decía que había pasado el fin de semana en la luna con el mismísimo Elvis? (Y que quede claro que no exagero nada...que eso era lo mínimo que te podía contar...) Pues todo el mundo a darla la enhorabuena por la suerte que tenía. Yo sabía todo eso. La había visto mil veces paseando por la calle mientras hablaba con sus amigos de la tercera dimensión, e incluso discutiendo con ellos...que por cierto, debían ser malos de narices, porque no había día que no les pegara cuatro voces...y lo que no eran voces con la mano bien abierta. Pero nunca...y repito NUNCA, sus amigos se quedaban ahí cuando ella hablaba con alguien...digamos "real". Supongo que yo les debo caer muy bien, y por eso no desparecieron... Iba yo por la calle, pensando en mis cosas, sin ver ni escuchar, cuando me agarran del brazo tan fuerte que pensé que me lo iban a romper...(la jodía tiene una fuerza que podría parar un tren con el dedo meñique...). Me giré y la ví ahí, super sonriente y haciéndome un chequeo con la mirada de arriba a abajo. - ¡Cuanto tiempo!¡Que guapa estás! (Aquí cabe aclarar, que ella habla con quien quiere y cuando quiere. Conoce a quien la da la gana...Si te ha visto cuatro veces por la calle, puede que te conviertas en su mejor amig@ de golpe y porrazo. Pero jamás recordará que el día anterior te contó su romance con Hommer Simpson...). La saludé muy sonriente, le devolví el piropo e intenté seguir mi camino. Vano intento. Me volvió a sujetar del brazo. - ¿Dónde vas? ¿A casa? Si, claro, seguro que vas a casa. Yo también voy a casa. Voy allí a comprarme unos caramelos. Me invita mi novio José Luis ¿a que es guapo? Ella mira a su derecha. Yo también, y me encuentro a un José Luis muy desmojarado y demasiado delgado...¡Coño! Si ni si quiera se le ve. Cara de pocker de la menda. Ella me mira muy seria esperando una respuesta. Con un hilillo de voz la digo que si, que es guapísimo...Sonrie otra vez y me dice: - Esta es su hermana- Se inclina y mira un poco más a la derecha, como si al lado de José Luis estuviera la hermanísima- Pero a ella no la hables...Yo no me hablo con ella ¿sabes?. Momento de pánico. La hermana de José Luis debió contestar a ese comentario y se pusieron a discutir a voz en grito. Y yo ahí, en medio de la calle, mirando a mi alrredor y siendo consciente de que todo el mundo nos miraba. No podia parar de preguntarme por qué diablos se inventaba "amigos" imaginarios con los que no se llevaba bien...No sé, ya que estás inventando...inventa a gente con la que estés agusto, no? - ¡Eso! ¡Vete! - Me mira otra vez. La hermanísima se ha debido de largar...- Y tú ¿qué tal? ¿Mañana te vas a ir de paseo con tu novio en su coche azul? ¿...????? ¿Qué coche azul??? ¿Desde cuando conoces tu a mi novio? Asiento con la cabeza...A ver quién es el listo que la dice que, primero, no conoce a mi novio, y segundo, su coche es gris metalizado...Después de lo de la hermana de José Luis, mejor decir siempre que si... - Nosotros también vamos a dar un paseo en el coche de José Luis ¿verdad? - mira a José Luis y yo rezo para que el chico la diga que si...Sonrie. Vale...niño bueno.- Ese es su coche, se lo regalé yo por su cumpleaños, pero el es muy rico también, tiene mucho dinero. Señala un Peugeot parado en un semáforo. Conduce una chica que no tendría más de 30 años... - Esa es mi madre, que José Luis la deja el coche porque es muy bueno. - Muy guapa tu madre...- Acierto a decir. Y encontes, me armo de valor- Oye...si no os vais ya a tu casa a por los caramelos, van a cerrar y os vais a quedar sin ellos... ¡Que sea lo que Dios quiera! - ¡Es verdad! - mira al reloj (imaginario también...)- Ya son las once de la noche - (Eran las 8 de la tarde...). Mira a José Luis, y le dice: - Vamos, que es muy tarde y si no nos va a dar tiempo a hacer el amor- Me mira a mi- Bueno, ya nos veremos...adios. Y se fueron los dos. Y entonces, me pregunté a mi misma si debería haberla dicho lo maleducado que es su novio...ni hola ni adios que me dijo, oye!