VISITA MAÑANERA

jueves, 21 de octubre de 2010

Ayer por la mañana, estaba yo recién levantada, tomándome mi café recién hecho y viendo un capítulo una serie mañanera recién empezado también, cuando de repente sonó el timbre.


Lo primero que hice, fue mirarme en el espejo que tengo colgado en la pared, justo enfrente del sillón y al ladito de la tele.


“Fu, menudos pelos! Y encima con el pijama este de circulitos verdes a lo años 60…vaya piiiiiintas”


Pero bueno…a esas horas tan mañaneras seguramente sería alguna vecina con intención de recuperar una prenda de ropa que había caído en mi tendedero o algo like that.


Fui hasta la puerta mientras me recogía el pelo en una coleta…porque si, vale, sería una vecina mínimo veinte años mayor que yo, vestida con una bata de guatiné (o cómo narices se escriba eso) y con una zapatillas de andar por casa de cuadritos (seguramente granates y blancos…o en su defecto azules y blancos). Pero a pesar de eso, yo siempre me exijo un mínimo de presencia…y lo del pelo alborotado a su libre albedrío, como que no me convencía mucho.


Y con mi coleta bien alta, abrí la puerta con la mejor de mis sonrisas mañaneras. Y ahí, delante de mis narices, me encuentro ¡con un bombero!


Sip. Un bombero de los verdad. Con su uniforme de bombero, su gorro de bombero, sus músculos de bombero y su carita bonita de bombero.


Y mi sonrisa se debió de convertir en una cara de fliping con el mundo.


Yo, que soy muy rápida en eso de pensar (aunque parezca mentira llevo años practicando) me monté ipso facto dos posibles teorías acerca de por qué narices había un bombero en mi puerta.


Por un lado, no se por qué estúpida razón (ya ves tú lo que tendrá que ver) se me vino a la cabeza una especie de escena de peli porno. Pero esa teoría la deseché enseguida (tampoco sé por qué).


Y por otro lado, pensé en que estaban desalojando el edificio…porque eso, aunque me gustara menos que la teoría anterior, si que tenía más que ver con un bombero de los de verdad (¿nooo??).


Y, antes si quiera de que el bombero empezara a hablar (¿veis como soy muy rápida pensado?) yo me empecé a agobiar al caer en la cuenta de que sólo tengo un trasportín ¿cómo iba a sacar a los tres gatos??? Aysssssss…Mierda! Sabía que no tenía que haber regalado a mi cuñada el otro transportín…fu, fu, fuuuuuuuuuuu!


Entonces, el bombero habló.


- Perdona ¿tienes las llaves de la terraza de arriba?


“¿De la terraza de arriba? ¿Para qué, ein?” La primera teoría volvía a tomar presencia en mi cabeza “Que yo tengo novio…y además está en la cama…y como se levante te va a pegar una palizaaaaa…”


- Si…¿las necesitas?


(Yo y mis preguntas de respuesta obvia…en fins…)


- Si…es que unos vecinos tuyos se han quedado encerrados en el ascensor y el motor está ahí arriba.


“Ahmmmm…jo, mucha experiencia en pensar rápido, pero no doy ni una!”


Y le dí las llaves y salió corriendo escaleras arriba. Y entonces, me fijé en que también había un policía arrodillado en el suelo mientras mantenía la puerta del ascensor abierta y metía las narices por el hueco.


No pude resistirme, yo también quería meter las narices…Y me asomé. Y ví las cabecitas de tres de mis vecinos de enfrente y la de mi vecino de al lado. Sólo se les veía la cabeza porque el ascensor se había atascado entre plantas… jooooer, que yuyu que me dio, oye. Tanto que, aunque hay dos ascensores y el que se atascó estaba arreglado dos horas después, hoy tengo unas agujetas en las piernas increíbles…con eso os digo to. Hasta que no se me pase el yuyu, escaleras pa arriba y escaleras pa abajo (quién me mandaría a mi vivir en un 6º!).


Ah, si…respecto al bombero, cuando vino a devolver las llaves, ya le abrió mi chico. Yo no le volví a ver, porque estaba muy ocupada apuntando en la agenda la imperiosa necesidad de comprar otro trasportín o bien, pedirle el viejo a mi cuñada…

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