UNA DISCUSIÓN Y UNA CERVEZA

lunes, 5 de diciembre de 2011

Hace un par de tardes, a eso de las ocho más o menos, volvíamos mi chico y yo a casa en coche y decidimos parar en un establecimiento de propietarios asiáticos (vamos, en un chino…) para comprar un piscolabis que llenara nuestras tripitas mientras veíamos una peli tirados en el sofá. Él conducía, luego por una lógica regla social no escrita, bajé yo del coche para llevar a cabo la misión. Misión que en un principio se me antojaba fácil, pero no lo fue tanto.


Justo detrás de mi entraron dos chavales de unos 18 ó 20 años con un litro de cerveza abierto medio oculto por una bolsa de plástico. Yo me fui directamente hacia las estanterías del fondo, no sin percatarme de que ellos se quedaron frente al mostrador con caras de pocos amigos y plantaron el litro de cerveza encima.


Mientras me decidía entre los múltiples snacks allí expuestos, noté como la conversación que mantenían los dos chavales con el matrimonio que atendía el mostrador iba subiendo de tono por segundos. Y muy pocos segundos necesitaron para liarse a insultarse mutuamente a voz en grito.


Resumo la discusión: Los chicos habían comprado allí el litro de cerveza unos minutos antes y al abrirlo (deduzco que no muy lejos del establecimiento) se habían encontrado con la desagradable sorpresa de que estaba congelado. Motivo más que suficiente (según sus argumentaciones, claro) para que los propietarios del local les devolvieran su dinero o, en su defecto, les dieran otro litro de cerveza (imagino que esta vez, lo que querrían sin congelar, claro…).


Por su parte, los propietarios no creían que tuvieran que hacer ninguna de las dos cosas y les insistían en que abandonaran su local porque, y cito textualmente: “celveza se calienta luego y tu puedes bebel”.


El caso es que ni unos ni otros cedían y yo ya no podía fingir por más tiempo que seguía dudando con mi compra…así que, cogí las dos primeras bolsas que pillé y me acerqué a la acción (no, no es que quisiera enterarme mejor…es que quería largarme ya…en serio!) colocándome justo detrás de los dos chavales. Aun así, siguieron discutiendo un rato sin percatarse ninguno de mi presencia, hasta que de repente, la dependienta del local cruzó la mirada conmigo y se empezó a poner nerviosa. Ya ves tú que tontería, con la cara tan angelical que gasto…Pero bueno, imagino que pensó que me podría impacientar y largarme sin hacer mi compra, así que sin más miramiento y con cara chunga cogió un euro y medio de la caja y tiró las monedas sobre el mostrador de la mala gana. Uno de los chavales las cogió e hizo ademán de acercarse al frigorífico de las cervezas…craso error. La china montó en cólera y empezó a gritar: “Ya no vendo, ya no vendo” y el chiquillo se dio la vuelta con los ojos inyectados en sangre (no, mentira…tanto no…pero mosqueado estaba un rato) y volvió a empezar la discusión.


A todo esto, yo seguía ahí parada con mis dos bolsas sin perder detalle (no por gusto…por obligación, eh!) cuando el otro chaval se me acerca y me susurra al oído: “cómpranos una cerveza, anda…”


:S


Jo…ser espectadora sin más no me importa, pero tener que me meterme en el ajo ya no me hace tanta gracia.


No le respondí, solo bajé la mirada al suelo. Y volvió a insistir: “Por favor…”.


Fu! Vale, reconozco que desde mi punto de vista los chicos tenían razón…Pero es que yo compro mucho en ese establecimiento y siempre son encantadores conmigo. No me apetecía tener que tomar partido…Pero lo tomé. No me preguntéis por qué…tampoco lo pensé. Me acerqué al frigorífico y cogí una cerveza. El chaval me sonrió, cogió a su amigo del brazo y le dijo: “Vámonos, que ya lo he arreglado yo”. El otro no parecía estar muy de acuerdo con lo de irse (porque estaba tan enfrascado en la discusión que no se había enterado de nada), pero al final cedió y salieron. Yo me acerqué al mostrador y la china salió detrás de ellos. Me quedé con cara de pez (vamos, con los ojos super abiertos…) y el chino empezó a meter mis cosas en una bolsa mientras yo miraba hacia fuera y flipaba viendo como la china tiraba al suelo las bicis de los chavales.


He reconocer que me pensé muy seriamente el darles la cerveza delante de la china, por si la tomaba conmigo…Pero el chaval que me la había pedido fue muy discreto y al verme salir me hizo un gesto con la cabeza para que continuara mi camino. Al llegar al coche el chico me alcanzó e hicimos el intercambio de cerveza por euro y medio mientras su colega intentaba salvar las bicis de la china, que no se había enterado de nada...


Y la cara de flipe que se le quedó a mi chico, después de haberme hecho tanto de esperar y verme hacer chanchullos a medio escondidas con un desconocido en la puerta de coche…AN-TO-LÓ-GI-CA. Juas!

20 sueños:

Doctora dijo...

Hay varias cosas que me han llamado la atención de la historia:
-Que los chavales no se percatasen de que estaba congelada la cerveza cuando la compraron.
-Que fueran en bici por la noche a comprar cerveza.
-Que ninguno de los dos dependientes se percatase de vuestra alianza.
-Que la china sea maja contigo y en un arrebato sea capaz de emprenderla con las bicicletas de unos clientes.
-Aunque lo más sorprendente es que al oír el jaleo no apareciesen chinos en cada pasillo, descolgándose como ninjas del techo para ayudar a sus compatriotas.
Otra vez pedid una pizza.

Martha dijo...

Jo...varias cosas no...¡Un montón! Jajajaja :P

Eso de que no se dieran cuenta de que la cerveza estaba congelada, también lo comentamos mi chico y yo cuando se lo conté...

Lo de las bicis...yo no lo veo raro. Nada raro. En mi barrio están de moda las bicis estas chiquititas (tampoco tan chiquitita, pero son más pequeñas que las normales) con las que los chavales hacen piruetas y rollos así...Y van con ellas a todas horas!!

Lo de que ninguno de los dependientes no se diera cuenta de la alianza, en realidad no es del todo cierto...él si se dió cuenta. Clarísimamente...con decirte que me metió la cerveza en una bolsa a parte cuando con las dos bolsas de que yo había comprado cabía perfectamente...Pero ese no me daba miedo, es supersimpático!

En cuanto a lo de la china y su arrebato...y por qué conmigo es maja...no puedo darte un por qué ni una razón lógica. La verdad es que su comportamiento no fue nada lógico, la verdad. Eso si, he de reconocerte que mi chico y yo también hablamos sobre esto y una de nuestras teorías es que no era la primera vez que los chavales iban a montar follón y...sacaron a la china de sus casillas.

Respecto a lo de los chinos ninja...jo ¿pa que me dices esas cosas?? Ahora cada vez que entre en el chino voy a estar mirando a todas partes a ver aparece alguno!!

Lo de la pizza me ha molado. ;)

Besicos!

El extraño desconocido dijo...

Joder, antes los chinos eran super educados, pero ahora que tienen el monopolio de tiendas de chinos (cómo no) parece que están empezando a mostrar su verdadera cara de tiranos. Doctora: me ha gustado tu comentario, mu salao él.
Saludos Desconocidos

Nebulina dijo...

Yo me habría hecho la sueca, como si no me enterara de nada, solo por no tomar partido, que esas cosas no suelen gustarme nada...
Un beso!

maba dijo...

con la última frase de Doctora casi me da algo jajajajaja

oyendo tu versión suena raro lo del megacabreo de la señora pero debe ser lo que tú dices, que no es la primera vez que les pasa algo con ellos.

a mi también me horroriza tomar partido en ciertos casos pero creo que esta vez .. bien está lo que bien acaba

besos guapa

Martha dijo...

EL EXTRAÑO DESCONOCIDO: La verdad es que esta es la única muestra de "tiranía" que yo les he visto...Pero bueeeeno, supongo que todo el mundo tiene derecho a su ratito de pataleta, no?? Y los chinos también! :P

NEBULINA: En un principio era lo que yo quería hacer, por eso lo mirar al suelo y tal, peeero...no sé...

MABA: Claro! A mi también me chocó un montón, sobre todo porque, como le he dicho a Doctora, voy bastante a ese sitio y nunca había visto una reacción así por parte de la china...De ahí que lo haya contado, porque me pareció super raro...pero bueeeno, cosas que pasan...


1 besazo a cada uno!

Anónimo dijo...

Guapaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!! Como siempre....MAGNÍFICAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!!!

Te adoro pequeñaaaaaaaaaaaa!!!!!

Luli

David dijo...

La cerveza solo se congela cuando la abres. Mientras que está sometida a la presión de estar cerrada está líquida pero cuando la abres le entra aire y se congela si está muy fría. Más o menos creo que esa es la explicación.

Me alegro mucho de tu vuelta. Besos.

Martha dijo...

LULI: Nenaaaa! Que ilu que sigas pasándote por aquí! ^^ 1 besazo enorme, guapísimaaa!

DAVID: Aclarado queda pues lo de la cerveza!! Mira tu, que va a ser verdad eso de que no te irás a la cama sin saber una cosa más! ;) Gracias por la explicación!! Besicos!

Martha dijo...

DON VITO ANDOLINA: Muchas gracias por tus palabras. Acepto la invitación a visitarte.

Besos a ti también!

Anónimo dijo...

Hay que pensárselo dos veces antes de querer descambiar algo en un chino, yo una vez compré un adaptador equivocado y sufrí horrores para que el chino entendiera que quería uno con una clavija distinta que ese no me valia, ni enseñando el ticket siquiera, el tio estaba obsesionado con que no devuelve el dinero y yo:
- No, dinero, no quiero, yo necesito otro diferente, pequeño! hablando en indio total.

Al final la mujer, más maja me hizo el cambio sin problemas pero qué cabezota era el tio!

Oye, contrabandista total tu eh? qué gracia tu chico cuando te viera el intercambio! jajajajaja yo tampoco hubiera podido haber dicho que no, mira que cuesta, eso si, hubiera hecho lo mismo así de strangis, no fuera que la china la hubiera tomado conmigo!

besis!!!

Martha dijo...

FLORCI: Jajaja...ya ves, quedó a lo contrabandista total! Menos mal que no pasó ningún coche patrulla en ese momento, si no algo raro hubieran pensado, seguro!
En cuanto a lo de cambiar cosas en los chinos...a mi nunca se me ha dado el caso personalmente, pero entre lo de los chavales estos y lo que tu me cuentas, parece que es una misión bastante chunguilla! :P

Besicos, guapa!

Martha dijo...

Y catorce!

Juanra dijo...

Qué guay!!! En mi barrio no pasan esas cosas, porque le llaman chinatown.
Allí son casi todo chinos, así que ellos mandan.
También hay que decir que la china de la tienda de chinos de mi calle es muy simpática y te cambia cualquier cosa sin pensar.
Me he reído un rato con tu anécdota y además eres una cómplice!!!
Un saludo!

Javier Muñiz dijo...

Hola Martha,regreso ligero de equipaje a tu hermosa casa, aquí me instalo como mero okupa, muchas gracias, buen día, besos de regreso...

Martha dijo...

JUANRA: Si, viviendo en Chinatown las cosas deben de ser muy distintas, jeje.
Jo, tu me llamas cómplice, más arriba me llaman contrabandista...espero que ningún poli lea mi blog :P

DON VITO ANDOLINA: Encantada de recibirte, no como okupa, sino como invitado...faltaría más!

Anónimo dijo...

Jo, con lo cagueta que soy yo me hubiese ido sin comprar nada al ver la bronca xDDD
Besotes y me alegro de tu vuelta al blog! ;)

Martha dijo...

IPODGIRL: Jeje...pues no te creas...que yo algo cagueta también soy!! Peeeero, supongo que me salió lan vena valiente! :P
1 besico, guapa!

Tarambana dijo...

Vaya aventura! Una historia de contrabandistas cargada de acción, suspense y humor :D
Que tengas un buen domingo!

Martha dijo...

TARAMBANA: Pues nada...le mando el guión a Spielbierg a ver que le parece! Jeje!
Disfurta tu también de lo que queda de domingo! ^^

¿Quieres jugar con Lucky?

 
Sueños de ayer. Design by Pocket