Y en este punto, al que no lo sepa, le aviso de que a mi siempre me pasan cosas en los pasos de cebra (véase un caso por aquí, y otro por allá).
Seguimos…Estaba yo ahí solita, al sol, sudando la gota gorda, cuando de repente se paró a mi altura un hombre de unos cincuentra y tantos laaaaargos.
Por el rabillo del ojo capté que el hombre no paraba de mirarme de arriba abajo. Odio que la gente haga eso si no te conocen de nada…mmm…¡Y si te conocen también, qué carajo!
Intenté pasar de él y concentrarme en el bonito paisaje compuesto de coches y más coches pasando delante de mis narices…pero se debió de dar cuenta, y decidió hablarme para que no me pudiera escaquear.
- Oye…¿es que todavía no han acabado las clases?
- ¿Perdón??
- Como vas con la carpeta…
¬¬
- Son cosas de trabajo.
- ¿De trabajo?? Joder…pues yo pensaba que venías del instituto…
¡Venga yaaaa! ¿Otra veeeez? ¿Por qué a mí?? ¡Gente del mundo, graduaros la vista, por Dior!
Ni si quiera le contesté y seguí mirando al frente.
El semáforo se puso en verde y crucé. Y seguí andando…Y al rato me dí cuenta de que el hombre no se separaba de mi. Iba a mi altura, a mi mismo paso y seguía mirándome el muy pesado.
Como supongo que os esperaréis, termino por volverme a hablar…
- Pues yo tengo una hija buscando trabajo y no encuentra.
- Ahm…
- Está en el extranjero ¿sabes?
- …
- Pero bueno, yo tengo dinero para mantenerla. Es que soy propietario de una empresa de transporte y no me va nada mal.
(Pos vale…Y se supone que me tiene que importar porqueeeee….¿???)
- A todo esto ¿en qué dirección vas?
¿Es qué no lo ves? ¡Si me estás siguiendo!
- Porque si vamos para el mismo sitio, aquí delante conozco una cafetería…y si quieres te puedo invitar a desayunar, eh??
¿???? Su p*ta madre! Éste lo que quiere es ligar conmigo!!
- Tengo mucha prisa, lo siento.
- Bueno, pues si quieres te doy mi teléfono y si alguna vez necesitas algo…Yo podría darte trabajo.
Si…ya me imagino yo de qué tipo de trabajo estamos hablando, ya…
- No gracias…me adelanto que llego tardísimo. Adios.
Y a correr se ha dicho. Tanto, que cuando mi jefe me vio entrar por la puerta puso una cara extrañísima…Claro, si debía parecer que venía de retar a Usain Bolt…